Para justificar esta entrada y la importancia que tiene su contenido para ti, me gustaría que recordaras una hipótesis que planteé en mi post de presentación. Con dicha hipótesis pretendía dar respuesta a por qué nos cuesta tanto encontrar trabajo, eliminando de la ecuación los factores ya obvios y repetidos hasta la saciedad. Sí, la situación laboral es lamentable. Sin embargo, aunque no lo creas hay gente como tú y como yo que sí trabajan y ganan dinero. Hay excepciones. Y mi objetivo a día de hoy es encontrarlas y ver que nos diferencian de ellas.
Pero a simple vista, y a lo que mi hipótesis se refería, es que tenemos dos problemas fundamentales:
- No tenemos nada valioso que aportar a la sociedad. Es duro de asumir, pero en gran medida la culpa de esto se divide entre el sistema educativo lamentable, nuestra conciencia adormecida por la cultura que vivimos y nuestra falta de voluntad, que se ha cogido unas largas vacaciones. En cada persona los factores serán diferentes, pero el resultado es el mismo: no tenemos habilidades que realmente sean útiles y hagan que seamos contratados.
- No sabemos cómo vender las habilidades valiosas que tenemos. Seguro que conoces a más de un genio que sobre el papel debería estar ganando una pasta con sus habilidades estelares, y sin embargo su nivel de fracasado es idéntico al tuyo.
Hoy me voy a quedar con lo primero. Me voy a centrar en esbozar un método general con el que solucionar esa carencia de habilidades. La base de una forma de aprender de manera rápida y constante sobre la que iré desarrollando técnicas y métodos más concretos en futuras entradas. Y si te interesa, te recomiendo que investigues un poco más por tu cuenta.
DiSSS y CaFE: ¡Claro que sí, campeón!
Si has leído el título de este apartado, con esa intercalación ecléctica de mayúsculas y minúsculas, probablemente pensarás que la choni que hay en mi está empezando a desatarse. No, no es cosa mía. Es del muy conocido (aunque no tanto entre los círculos en los que me muevo) Tim Ferris. Para los que no tengáis el placer, es una especie de chalado (bastante exitoso) que se dedica a experimentar con su cuerpo, su forma de aprender habilidades, con los negocios…Todo con un toque bastante sensacionalista que no suele dejar indiferente y que sobre todo le sirve para vender un montón de libros. A mi personalmente me sirve de inspiración, aunque las cosas que plantea suelo cuestionarlas bastante.
El caso es que este señor tiene una solución bastante interesante a nuestro problema de carencia de habilidades. Bajo los dos acrónimos con los que empecé el apartado, se esconde un método para aprender cualquier habilidad de la forma más rápida posible. DiSSS y CaFE fueron publicados en su libro The 4-Hour Chef, que si bien se trata de un libro de cocina, arranca con una explicación sobre su metodología para aprender que te puede resultar muy útil.
Sin embargo, en el siguiente vídeo puedes hacerte una idea básica de en qué consiste, además de conocer un poco más al personaje que hay detrás de esta idea.
Pero volviendo a lo importante, la principal premisa sobre la que se sostiene el módelo del bueno de Tim es la siguiente:
Qué estudias es más importante que cómo estudias. Los materiales vencen al método.
Con esto lo que quiere decir es que* por mucho que estudies*, aunque tengas las mejores técnicas de memorización y practiques todos los días, si los libros con los que estudias están llenos de errores, si tus profesores basan su enseñanza en premisas anticuadas o poco probadas o si el orden de la enseñanza de técnicas y principios está mal estructurada, querido, no vas a aprender nada.
La solución que propone es seguir un proceso concreto, que llama DiSSS, y que desmontado en sus piezas básicas quedaría así:
- Deconstruir: Buscar las unidades mínimas aprendibles
- Seleccionar: Buscar el 20% de esas unidades que nos dará el 80% de los resultados (ley de Paretto rulez).
- Secuenciar: Escoger el orden adecuado en el que se deben aprender las piezas.
- Stakes: En español sería apuestas. Mientras no haya cosas en juego no te sentirás obligado a aprender.
Estos 4 principios se ven acompañados de un segundo grupo, CaFE, que terminan de afianzar un proceso de aprendizaje efectivo y rápido:
- Compresión: Meter el 20% en un recipiente pequeño, como en un único folio.
- Frecuencia: Establecer cada cuánto se ha de practicar para conseguir el mayor impacto con el menor esfuerzo.
- Enconding: O codificar. Establecer formas de anclar la información nueva a cosas que ya se saben para recordar más fácilmente.
Mi caso particular
El año pasado, último de carrera, tomé una decisión que no llegó a trastornar el sueño de la gente, pero hacia que de vez en cuando me preguntaran que por qué me había metido en italiano para conseguir los créditos de libre configuración que me faltaban para terminar. Podía coger un inglés facilito, o hacer cursos en los que con dormir o leer cómics te dan lo que vas buscando. La verdad, simplemente quería poner a prueba este enfoque de aprendizaje. Y no me fue nada mal.
Fui a clase las tres primeras semanas. Eran demasiado lentas y pesadas, así que me vi forzado a abandonar por mi salud mental. Pero sin embargo necesitaba los créditos. Y para conseguirlos tenía que aprobar el examen de junio. Así que en marzo me puse manos a la obra.
Siguiendo el orden del DiSSS, empecé deconstruyendo el italiano y buscando las piezas que me darían la mayor parte de resultados. Estaba juntando los materiales clave. Por un lado busqué la gramática básica más empleada, sobre todo los tiempos verbales que usan auxiliares. Por otro, busqué la lista de las 1000 palabras más usadas, y usé Anki para memorizarlas , dedicando media hora todos los días. Cuando memoricé todas las palabras, me puse a hacer ejercicios para comprobar si realmente estaba funcionando. Y todo apuntaba a que sí.
Había deconstruido, seleccionado y secuenciado el proceso. Además, en juego estaba terminar la carrera que me estaba torturando, así que no iba a abandonar. El resultado: Conseguí aprobar la asignatura con un 9 sin haber pisado la clase desde principio de curso, dedicando media hora todos los días durante 3 meses. En realidad no me parece una prueba realmente impresionante (un resultado de verdad sería tener conversaciones con italianos reales, no una nota de un examen), pero era la mejor forma de testeo que tenía en aquel momento.
Desmontar es la clave
Detrás de todo esto, al fin y al cabo lo que hay es un proceso en el que en primer lugar nos aseguramos de conseguir el material adecuado y ordenarlo de forma que sobrepasemos los límites que nos impone nuestro propio cuerpo a la hora de aprender (nuestra memoria necesita dormir para consolidar lo aprendido, por ejemplo). Para conseguir el material adecuado, tendremos que deconstruir esa habilidad y recurrir a expertos en la materia que nos orienten en la elección.
Todo para encontrar lo que Tim Ferris llama la dosis mínima efectiva: aquellas piezas de la habilidad que requieran del menor esfuerzo, frecuencia y volumen para conseguir el resultado buscado. En el caso de aprender a cocinar, en el que ando metido ahora mismo, sería encontrar unas pocas recetas que te permitan aprender todas las técnicas necesarias en la cocina. En el caso de aprender un idioma, las palabras y estructuras gramaticales más empleadas que te permitan comunicarte con soltura.
Lo que me gustaría es que te quede clara la idea fundamental que hay detrás de este planteamiento: Aprender cualquier habilidad depende de la calidad de los materiales que utilices. Para encontrar los materiales de mejor calidad la clave es deconstruir la habilidad, encontrar sus piezas más importantes, las que forman su esencia, y establecer el orden adecuado para dominarlas. Es simple, pero muy poderoso.
¡Ponte a descuartizar habilidades!